Bautismo Cristiano

    El bautismo se celebraba en la antigüedad como una fiesta pagana, parte en Egipto donde era un ritual de iniciación al culto de la Diosa Isis donde el iniciado confesaba sus pecados.
    Inicialmente se bautizaba solo a los adultos y se realizaba por inmersión en los rios, esto es, entrar y salir del agua que simbolizaba morir y resucitar a una nueva vida. La idea esencial es la limpieza del pecado original, de esto dan testimonio las grandes fuentes bautismales.
Bautismo por inmersión
    En el siglo II surge el Catecumenado como preparación al bautismo, que consiste en un tiempo mas o menos largo concebido como un camino que incluía enseñanza, catequesis, cambio de costumbres y una serie de ritos como escrutinios, exorcismos, unión catecumenal, entrega del símbolo y el Padre Nuestro. En esta época, el proceso bautismal es llamado también como "iluminación" para dar a entender que son iluminados los que aprenden estas cosas y se realizaba durante la cuaresma de pascua.
Fuente Bautismal
   A partir del siglo VI, con el Concilio de Trento, se va perdiendo el catecumenado como preparación del bautismo dejando la cuaresma como tiempo de preparación para pasar a ser tiempo penitencial. Si bien se siguen haciendo los ritos pre-bautismales ya desvinculados de la experiencia del proceso de vida, de la conversión y la fe personal, se generaliza el bautismo de niños, con el que desaparece el sentido de iniciación en una vida nueva y se entra en una dinámica de simple transmisión de la fe (algo que se recibe de generación en generación).
    Para el siglo IX se incorporan los símbolos de la vestidura blanca y el cirio encendido, encontrándonos aquí con el "rito continuo"que recoge los ritos catecumenales y bautismales. Aquí se comienza a bautizar a los niños, lo mas pronto posible después del nacimiento, a través del cual forma parte de la comunidad cristiana. Esta, sigue siendo la forma obligatoria de la Iglesia Ortodoxa.


    Poco a poco, este proceso de inmersión se sustituyó por el bautismo por infusión, que es el rito actual por el que se derrama agua en la cabeza del bautizado acompañada a una invocación sacramental a las tres personas de la santísima Trinidad: "En el nombre del Padre, del hijo y del espíritu santo".
    En la actualidad, los padres del niño eligen a los padrinos los cuales deberían ser una pareja unida en matrimonio estable y antes de la ceremonia el sacerdote invita a los padres y padrinos a una charla donde se les explicará el objetivo, la forma y la importancia del sacramento para luego asumir y responder por la educación cristiana del bebé, de no poder hacerlo los padres, serán los padrinos quienes asuman la responsabilidad.
    Es costumbre que los padrinos vistan al niño con ropa blanca ya que este color simboliza la pureza, paz y amor del infante. Los padrinos sostendrán una vela blanca que será encendida durante la ceremonia, esto simboliza la luz que Cristo proporciona y que iluminará el camino. En el momento que el cura derrama el agua bendita sobre la cabeza, el niño será cubierto por una manta blanca que simboliza la pureza que adquiere mediante el sacramento, y sobre el pecho pasará el aceite o crisma, que suaviza la piel y el alma, que simboliza la coraza que los protege del mal y sobre la frente simboliza que los convierte en elegidos, en hijos de Dios.

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